En Tequilera Casa Álamos Tequilera, la calidad no es un accidente; es el resultado de nueve etapas meticulosamente controladas. Desde nuestras plantaciones hasta el envasado final, cada paso se realiza con el máximo cuidado, respetando la tradición y asegurando la sostenibilidad
Los 9 pasos
Todo comienza con el Agave Tequilana Weber (variedad azul), la única especie autorizada para el auténtico tequila. Cuidamos meticulosamente nuestros agaves durante años de maduración para garantizar la riqueza de sus azúcares.
Cuando el agave alcanza su punto óptimo, entran nuestros jimadores. Expertos en un arte milenario, utilizan la coa para retirar las pencas y descubrir el corazón de la planta (la piña), rica en la esencia que dará vida a tu tequila.
Preparamos la materia prima. Las piñas jimadas se cortan y desgarran en fibras más pequeñas, optimizando su superficie para ser procesadas eficientemente en la siguiente etapa.
Mediante un proceso cuidadoso, separamos el jugo de la fibra del agave. Aquí obtenemos el néctar base, asegurando que cada gota de azúcar se aproveche para la fermentación.
La transformación comienza. A través de hidrólisis líquida, convertimos los almidones y azúcares del mosto, preparándolos químicamente para convertirse en alcohol. Es el puente entre la planta y la bebida.
El nacimiento del perfil. En nuestros tanques, añadimos levadura seleccionada al jugo de agave. Durante este proceso vivo, los azúcares se transforman en alcohol y surgen los compuestos volátiles que definen el aroma y sabor característicos de la bebida.
La búsqueda de la pureza. El mosto fermentado pasa por columnas de destilación en un proceso de separación continua. Aquí concentramos el alcohol y refinamos el líquido hasta obtener un brillante tequila blanco o plata.
El carácter del tiempo. Dependiendo del perfil deseado, el tequila puede ser embotellado directamente o descansar en barricas de roble o encino. Es aquí donde la madera aporta color, aroma y complejidad.
El sello final. Realizamos el embotellado, etiquetado y sellado bajo estrictos controles de inocuidad para preservar la calidad y sabor intactos hasta que llegan al consumidor.
Diseñamos el carácter que tu marca necesita, respetando los tiempos que dicta la norma.
La esencia pura del agave. Transparente y directo.
Sin añejamiento o < 2 meses
Suavidad y tono dorado.
Tequila blanco abocado o mezcla
Equilibrio entre madera y agave.
Mínimo 2 meses de maduración
Complejidad, notas oscuras y elegancia.
Mínimo 1 año de maduración
La máxima expresión del tiempo.
Añejado por más de 3 años
La esencia pura del agave. Transparente y directo.
Sin añejamiento o < 2 meses
Suavidad y tono dorado.
Tequila blanco abocado o mezcla
Equilibrio entre madera y agave.
Mínimo 2 meses de maduración
Complejidad, notas oscuras y elegancia.
Mínimo 1 año de maduración
La máxima expresión del tiempo.
Añejado por más de 3 años